jueves, 27 de septiembre de 2007

CON-TACTO

Fui por mi sobrino (V. H.) a la escuela, cursa el primer año de primaria. Saliendo, su mamá le compró una jicaleta, que ya por el puro nombre me parece ridícula, pero ni modo, muy a mi pesar tiene coherencia el nombre con la que la han bautizado.

En la radio oí una canción, la cabeza mil vueltas me dio; y al finalizar, en la estación anunciaban la película de "La Santa Muerte", mi sobrino comentó que no podría soportar un anuncio más de la santa muerte, la pregunta que no a muchos se le hubiera ocurrido y que en ese momento formulé fue ¿por qué? (observen el grado de dificultad cognitivo que tuve que pasar para hacerla); lo que me dijo fue que la había visto anunciada en el cine, y que en la escuela vió un par de hojas con ese nombre, pero que no le habían llamado la atención, por eso no sabía de qué se trataban.

Después de interrogarlo un poco más, me dijo que la Santa Muerte era algo para espantar y que a él ya muy pocas cosas lo asustan, con esa valentía característica de un niño de seis años que al primer "bu" corre a los brazos de mamá.

Después de hablarle de los santos, y su misión en la tierra; intenté explicarle las motivaciones internas y externas que se ponen en juego ante la necesidad de creer que tenermos los seres humanos, razonar junto con él, e intentar llegar a acuerdos sobre lo que podemos hacer desde nuestras creencias. (Él) (Yo) me escuchaba atento.

Lo cierto es que ante mis argumentos, noté en su rostro un poco de admiración ante las vanalidades de nuestro mundo y otro tanto de ganas por conocer esta cosa tan compleja llamada "ser humano". Por mi parte sigo en busca de algo en qué creer. Algún día creí en el Che, tiempo después creí en Marcos, antes creí en el amor, esporádicamente creí en mi fortaleza, aún creo en la vida después de la muerte y en la nada al mismo tiempo. De entre todas esas cosas en las que creí, aún perdura mi creencia en el amor, sin embargo y lo que me mantiene con ánimo no es la creencia en sí, sino la realidad desde donde la vivo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo que debes hacer es ir a ver la película... no es de terror... es CONTRA esa falsa creencia