miércoles, 26 de septiembre de 2007

INCOHERENCIA LOGRADA

Cuando era niño me gustaba pensar en tener un carro, cualquier carro, uno viejo, usado. Conforme fui creciendo me percaté de que tenía mayor reconocimiento tener un auto nuevo y grande. Por fin, a mis 29 años, me compré uno de agencia, no muy grande, "tuneado", que hace que ciertas miradas en la calle se posen en mí; lo cierto es que este simple hecho, el de tener este tipo de carro, no me ha satisfecho del todo ¿para qué tener un carro "bonito" si finalmente, cuando lo conduzco, no lo puedo ver?...

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